La hoja de ruta digital

La hoja de ruta digital: cómo los países en desarrollo pueden salir adelante

El informe final de la Comisión Pathways establece recomendaciones pragmáticas para los países en desarrollo que desean aprovechar las oportunidades disponibles en la era digital para un cambio económico y

Las tecnologías digitales están transformando el mundo, y en ningún lugar hay más en juego que en los países en desarrollo. La Hoja de ruta digital establece 26 recomendaciones concretas en 5 prioridades para garantizar que la revolución digital conduzca a un crecimiento inclusivo para todos.

Resultados clave

1.- Este es un momento crítico en la historia. Algunos países prosperarán en una nueva economía digital global, pero los países que no están preparados se arriesgarán a quedarse atrás.

2.- Los países tienen la agencia para actuar ahora. La Hoja de ruta digital identifica cinco áreas prioritarias para que los países creen su propio futuro digital.

3.- La tecnología no garantizará el éxito, no importa cuán innovadora sea. Tan importante como la nueva tecnología es el entorno social y económico en el que se utiliza la tecnología.

4.-  La tecnología casi siempre será una fuerza de crecimiento, pero la tecnología no es automáticamente una fuerza de inclusión. Sin un esfuerzo deliberado para incluir a todos, las tecnologías digitales pueden terminar afianzando la desigualdad existente.

5.- El gobierno, la sociedad civil y el sector privado deberían unirse para crear una visión nacional compartida. Todos tienen un papel que desempeñar en la gran transformación económica.

Con las nuevas tecnologías digitales surgen oportunidades para que los países de bajos y medianos ingresos diversifiquen sus economías, creen nuevos empleos, transformen la agricultura y mejoren la salud y la educación. Pero las tecnologías digitales también pueden afianzar la exclusión y perturbar los medios de vida de las personas. Este informe, basado en dos años de investigación y análisis, se basa en el aprendizaje y el compromiso extenso con los responsables políticos, empresarios, la sociedad civil y académicos de todo el mundo.

Cinco prioridades para avanzar en la era digital

La Hoja de ruta digital presenta una visión global para un mundo conectado globalmente que ofrece las oportunidades que ofrece la tecnología y limita los riesgos a la baja. Es importante destacar que también establece cómo se puede lograr esta visión.

Crea un compacto digital para un desarrollo inclusivo

Adoptar un cambio digital en todo el país será perjudicial. Navegarlo requiere una acción coordinada. La reconfiguración de una economía dará como resultado cierta resistencia. La mejor manera de lograr la aceptación y equilibrar las compensaciones es a través del diálogo: el sector privado y la sociedad civil en su sentido más amplio (incluidos los líderes comunitarios, la academia, los sindicatos, las ONG y los grupos religiosos). La economía política de la agitación es difícil, pero el cambio puede manejarse con discusiones que incluyan múltiples grupos. Estos diálogos deberían dar como resultado un  pacto digital nacional: una visión compartida del futuro con la que todos se comprometan. La Comisión Pathways ha apoyado a tres países: Etiopía, Mongolia y Sudáfrica, ya que cada uno desarrolló estrategias digitales en todo el país, utilizando Kit de economía digital .

Poner a las personas en el centro del futuro digital.

La rápida tecnología afecta la vida de las personas. Si no se coloca a las personas en el centro del cambio social y económico, se pueden generar disturbios sociales. El ritmo y la intensidad del cambio significan que es aún más importante que las personas estén en el centro del futuro digital, no en la tecnología. Esto requiere equipar a las personas para que se beneficien de las oportunidades y, al mismo tiempo, protegerlas de los posibles daños de la era digital. Los gobiernos  deberían asumir la responsabilidad de garantizar que la educación profesional sea realmente útil para los trabajadores y las empresas en la era digital. El  sector privado  necesita involucrarse en mantener los currículos actualizados. 

Construye lo esencial digital

Los productos y servicios digitales no se pueden crear en el vacío: se necesitan componentes esenciales: infraestructura física, sistemas digitales fundamentales (como identificación digital y dinero móvil) y capital para invertir en innovación. Estos son los ingredientes básicos necesarios para que las empresas existentes adopten tecnologías más productivas y para que los emprendedores digitales construyan e innoven. Tener una infraestructura confiable y sistemas interoperables significa que las empresas y los proveedores de servicios pueden concentrarse en su negocio principal, sin tener que crear un entorno propicio desde cero.

Llegue a todos con tecnologías digitales

Si la tecnología va a ser una fuerza de desarrollo para todos, debe llegar a todos. Poco más de la mitad de la población mundial está conectada a una vida digital; Por lo demás, las oportunidades digitales no significan mucho. Sin conexiones digitales, las personas no pueden participar en plataformas de trabajo digital, beneficiarse de las nuevas tecnologías en educación o participar en los servicios gubernamentales en línea. Las mujeres, las personas con niveles más bajos de educación y las personas en situación de pobreza suelen ser las que carecen de acceso digital.  Llegar a todos requiere mirar más allá de los modelos comerciales actuales. El sector privado necesita diseñar para la inclusión, asegurando a los consumidores más pobres y marginados, para asegurar que no se queden atrás.

Gobierna la tecnología para el futuro

El ritmo de cambio sin precedentes y la aparición de nuevos riesgos en la era digital (como el sesgo algorítmico, la ciberseguridad y las amenazas a la privacidad) están creando dolores de cabeza incluso para los países con más recursos. Para los países en desarrollo, los desafíos son aún mayores. Las tecnologías digitales dan forma fundamental a lo que hacen las personas y cómo lo hacen: los trabajadores independientes pueden enfrentar algoritmos que determinan las posibilidades de ser contratados. Los bancos podrían enfrentar un sistema financiero con mayor riesgo por parte de los nuevos tenedores de depósitos no bancarios. Estos problemas, y muchos otros, requieren enfoques nuevos y adaptativos para la toma de decisiones. Las normas mundiales emergentes deberán considerar las necesidades de los países en desarrollo.

GOBIERNO

Casi todos los aspectos de la  Hoja de ruta digital  requieren la acción del gobierno

El gobierno es crucial para dirigir a los países hacia la transformación digital inclusiva. Y si bien otros actores también deben desempeñar un papel, son los gobiernos quienes tienen la responsabilidad central de lograr un cambio efectivo. Casi todos los aspectos de la  Hoja de ruta digital  requieren la acción del gobierno. La variedad de responsabilidades y roles en una transformación digital exitosa requiere un enfoque de todo el gobierno, no planes aislados confinados a los ministerios individuales.

Sector Privado

Esto no es solo una cuestión de obligación social del sector privado, sino de beneficio mutuo.

El sector privado es vital para la transformación digital nacional: crear nuevos empleos y entregar productos e infraestructura digitales. Los países no pueden aceptar verdaderamente la transformación digital sin el liderazgo del sector privado. Los líderes empresariales deben participar en la elaboración de un pacto digital nacional, una visión compartida para el futuro, que reconozca su posición central en la economía. Esto incluye: diseñar productos digitales asequibles, adoptar la competencia disruptiva de las nuevas industrias digitales y desarrollar habilidades digitales en toda la fuerza laboral. Esto no es solo una cuestión de obligación social, sino de beneficio mutuo. El sector privado se beneficiará de mejores medios de vida, una base de clientes más adinerada y una fuerza laboral más calificada. La  hoja de ruta digital describe cómo los líderes empresariales de toda la economía deben contribuir a esta visión de prosperidad compartida.

Donantes y filántropos.

La  Hoja de ruta digital  establece dónde los esfuerzos filantrópicos y dirigidos por donantes pueden marcar una verdadera diferencia

Dadas las limitaciones de recursos en muchos países en desarrollo, los donantes y los filántropos pueden desempeñar un papel importante en el suministro de apoyo, financiamiento y financiamiento en condiciones favorables para lograr una transformación digital inclusiva. En estos entornos con recursos limitados, la disponibilidad de fondos y apoyo probablemente sea crucial para las prioridades en la  Hoja de ruta digital.

Los financiadores también pueden ayudar a canalizar el capital hacia la innovación arriesgada y poner recursos detrás de nuevos bienes públicos globales: investigación abierta, herramientas y estándares que ningún otro actor proporcionará de forma gratuita. Sin embargo, los donantes deben ser claros y estratégicos, invirtiendo en planes coordinados en lugar de proyectos fragmentarios. La  Hoja de ruta digital  establece varias actividades en las que los esfuerzos filantrópicos y dirigidos por donantes pueden marcar una verdadera diferencia para la transformación digital. 

Sociedad civil y organismos multilaterales.

La sociedad civil puede prestar experiencia, experiencia y poder de organización a la transformación digital.

La sociedad civil y las organizaciones multilaterales tienen un papel importante que desempeñar en una transformación digital. Los líderes nacionales de la sociedad civil, como los sindicatos y los grupos comunitarios, pueden ayudar a lograr un consenso político amplio y, lo que es más importante, a menudo representan a personas pobres y marginadas que de otra forma no tendrían voz en la discusión sobre el cambio digital. La comunidad internacional global y las organizaciones multilaterales configuran las normas globales y la gobernanza de la tecnología e impulsan las prioridades políticas globales. Ambos pueden contribuir al éxito de una transformación digital inclusiva al prestar su peso, experiencia, experiencia y poder de organización a las prioridades en la  Hoja de ruta digital.